viernes, 30 de septiembre de 2016

OTRA FORMA DE PLANTEAR LA METODOLOGÍA

 Metodología.

Dadas las características del desarrollo infantil, es especialmente importante conducir los procesos educativos a través de la experiencia personal de los niños, la actividad y el juego como principal recurso educativo. Esto hace que los alumnos y alumnas desarrollen sus capacidades como:
– Conocimiento y control del propio cuerpo y de sus posibilidades de acción.
– Adquisición de hábitos básicos para su autonomía y elaboración de una imagen positiva de sí mismos.
– Relación y convivencia con los demás.
– Observación y exploración del entorno.
– Uso del lenguaje.
El enfoque globalizador y personalizado es el más indicado en la Educación Infantil y en él está fundamentada esta programación didáctica:
– La perspectiva globalizadora (que establece múltiples conexiones entre los nuevos aprendizajes, lo ya conocido y los diversos ámbitos de estudio), se amolda a la forma en que percibimos. Los niños no viven parcialmente lo que les rodea, sino que tienen su primera relación con el entorno a través de la manipulación y de la percepción global.
– El tratamiento unitario de aspectos comunes entre áreas contribuye a la construcción de aprendizajes significativos.
– El acercamiento a los diferentes ritmos de maduración y estilos de aprendizaje de cada uno de los alumnos permite conectar con sus intereses y cerciorarse de que siguen el proceso sin dificultad.
La aplicación de estos principios logrará por completo su eficacia a través de la acción directa del profesor. Su papel, fundamental e imprescindible, se concreta en los siguientes aspectos:
– Organizar de manera variada, estimulante y flexible las actividades y los materiales curriculares, y disponer adecuadamente el horario y el espacio escolar, de manera que respondan a las necesidades de afecto, actividad, descanso, alimentación y comunicación de los alumnos.
– Mantener la regularidad del ritmo biológico de los niños, imprescindible para la dinámica del aula, porque potencia rutinas cotidianas que ayudan a fomentar hábitos personales y a interiorizar elementos de orientación en el tiempo y el espacio.
– Promover la actuación coordinada y coherente del equipo de profesores, para que tenga continuidad y no se produzca una ruptura en los procesos de enseñanza previos y posteriores a este período.
– Cuidar de forma especial la llegada de los niños al centro escolar y su progresiva adaptación, contando siempre con la colaboración familiar. Así, deberán disponer cuidadosamente las condiciones materiales y personales del aula, flexibilizar el horario y ajustar las actividades a las capacidades de sus alumnos y alumnas.
La escuela ayuda a los niños a ampliar sus relaciones con otras personas y complementa el ámbito familiar en la tarea educativa, ya que, hasta este momento, la familia era la única fuente de experiencias para el desarrollo infantil. Si el aula mantiene un clima de afecto y confianza, facilita los siguientes logros:
– Bienestar, seguridad y alegría, fundamentales para estos primeros pasos por el mundo escolar.
– Enriquecimiento del propio conocimiento y reestructuración de éste mediante un planteamiento de actividades significativas y motivadoras.
Así apoyaremos nuestra intervención en una serie de principios que van a favorecer el desarrollo integral de sus capacidades. Priorizaremos:
-La Detección de  los conocimientos previos de los alumnos y alumnas para poder realizar la intervención adecuada;
- Plantearemos situaciones que no estén muy alejadas ni excesivamente cercanas a sus experiencias para provocar el conflicto cognitivo que actuará de resorte para que los alumnos planteen soluciones a cada situación;
- Organizaremos  los contenidos de la Educación Infantil teniendo en cuenta que es el niño o niña quien tiene que asimilarlos.
El establecimiento de contenidos que actúen como organizadores previos, la planificación de ejes temáticos, centros de interés o hilos conductores y el repaso regular y periódico de los contenidos abordados con anterioridad contribuyen a que los alumnos sientan confianza y seguridad ante las situaciones que se les plantee y puedan construir aprendizajes significativos.
Para conseguir que los aprendizajes de los alumnos sean significativos y que éstos sean el resultado del establecimiento de múltiples conexiones, de relaciones entre lo nuevo y lo ya aprendido, es imprescindible que la programación didáctica sea concebida bajo una perspectiva globalizadora..
Además, la enseñanza ha de ser activa, dando tiempo y ocasión a que el niño y la niña participen y sean protagonistas de su propio aprendizaje
La actividad es la principal fuente de aprendizaje y desarrollo de los alumnos. Es necesario tanto para su desarrollo físico y psicomotor, como para la construcción del conocimiento.
Por ello. Hay que utilizar estrategias que les estimulen a ser creativos, alentando el desarrollo de la imaginación y la capacidad de observación.
La enseñanza activa se contempla en la programación didáctica con una amplia propuesta de actividades individuales y de grupo, en las que los alumnos podrán desarrollar sus capacidades de manipular, explorar, observar, experimentar, crear…, que les permitirán aplicar y construir sus propios esquemas de conocimiento.
Una de las principales fuentes de actividad en estas edades es el juego.
Es necesario dotar de carácter lúdico cualquier actividad que vayamos a realizar evitando la división entre juego y trabajo, ya que el juego es el trabajo de los niños. Se ha de potenciar, asimismo, el juego autónomo de los alumnos, tanto el individual como el realizado en equipo, por la seguridad afectiva y emocional, por la integración de los alumnos entre sí y con los adultos.
Un principio metodológico muy ligado a la actividad es la motivación, el cual se ha tenido muy en cuenta para la elaboración de la programación didáctica. Es absolutamente necesario que los alumnos se sientan atraídos hacia el aprendizaje. En esto juega un papel muy importante que los objetivos, contenidos y actividades tengan un nivel adecuado, que respondan a sus intereses y que los métodos y recursos sean atractivos y faciliten el aprendizaje.
Para lograr que los alumnos estén motivados, en la programación se proponen varios tipos de estímulos:
– Observación, manipulación y exploración.
– Situaciones apropiadas de comunicación verbal, plástica y psicomotriz.
– Estímulos afectivos, con alabanzas y premios, que son fundamentales por la satisfacción que reportan.

Por otra parte, y a través de todas las actividades que hagamos, será fundamental atender al  Principio de socialización .En este sentido, en esta programación didáctica se proponen gran cantidad de actividades de grupo en las que los alumnos aprenderán comportamientos y normas, así como a compartir, a respetar, a participar, y, en definitiva, a relacionarse con los demás.
Hay que valorar constantemente la participación, el compañerismo, la ayuda y el respeto hacia los demás…, de tal forma que los alumnos se sientan inclinados a repetir esos comportamientos que les reportan gratificaciones afectivas, y a superar el egocentrismo propio de esta edad, desarrollando su capacidad de relación con los demás, su autonomía y su independencia.

7.1. Organización del tiempo
La organización del tiempo en Educación Infantil ha de respetar las necesidades del alumnado, combinando tiempos de actividad con períodos de descanso y actividades individuales con relaciones en grupo.
Es necesaria una adecuada planificación de la jornada escolar. No hay que confundir el ambiente distendido y lúdico de este nivel educativo y el trabajar sobre temas que surjan espontáneamente, con el desorden. En esta planificación habrá que mantener unas constantes temporales o rutinas tales como el saludo a la entrada, el tiempo del desayuno, la puesta en común, la realización de actividades en grupo e individuales, la despedida…, que servirán a los alumnos para interiorizar la noción del tiempo.

7.1.7. Organización del espacio
En cuanto a la organización del espacio, es fundamental que los alumnos lo perciban como algo suyo. Ha de adaptarse a sus necesidades, previendo que los alumnos dispongan de lugares propios y de uso común para compartir, para estar solos o para relacionarse con los demás, espacios para realizar un determinado tipo de actividades, etc. También ha de favorecer la integración entre iguales y con los adultos, la manipulación de objetos, la observación… Así, hay que habilitar determinados espacios para ello. Se fijarán áreas o rincones para el juego, para los disfraces, para las actividades plásticas, para las construcciones…
El diseño de los espacios del aula tiene en cuenta los siguientes criterios:
– Orientar el diseño de unos ambientes estimulantes, seguros y educativos.
– Ofrecer espacios y recursos para que los niños y las niñas puedan realizar distintos juegos y actividades en gran grupo, en pequeños grupos e individualmente.
– Especializar ligeramente los distintos Rincones o zonas de actividad del aula para facilitar que los niños y las niñas se centren y utilicen los objetos y materiales de modo que puedan moverse con una progresiva autonomía en ellos.
– Facilitar la introducción o retirada de materiales de los distintos espacios para adecuarlos a las unidades didácticas y a las propuestas de actividad.
– Contribuir a que el trabajo de los profesores y las profesoras sea más fácil y eficaz, más ameno y estimulante.
No cabe duda de que, a lo largo del curso, los distintos espacios del aula deben ir evolucionando para adaptarse a las necesidades de los niños y las niñas, para incorporar nuevas propuestas, para adaptarse a los cambios estacionales, etc.
La entrada a la clase o el pasillo por el que se accede a ella es la mejor “tarjeta de visita” para comunicar lo que se hace en ella, ya que este es uno de los lugares más frecuentados por todos y el que primero se percibe; es, por tanto, un espacio privilegiado para (a través de carteles o de un tablón de anuncios) informar a los padres, madres y familiares de los niños y las niñas sobre cuestiones tales como avisos, horarios, menús, actividades previstas, salidas, solicitudes de colaboración, convocatorias de reuniones, etc. Pero también sirve para presentar al grupo de alumnos y al equipo educativo, para exponer los trabajos, o las fotos que expliquen algunas de las actividades realizadas, etc.
Dentro del aula se sugieren, los siguientes Rincones o zonas de actividad:
1. Alfombra-gran grupo.
2. Juegos y construcciones.
3. Plástica.
4. Actividades en mesa.
Sea cual fuere la organización del aula, será necesario dársela a conocer tanto a los alumnos como a los adultos que entran en ella:
– En el caso de los pequeños, esto es imprescindible para propiciar que hagan un uso progresivamente autónomo de los materiales y los espacios que configuran el ambiente educativo, y para que vayan adquiriendo hábitos de orden y cuidado de los objetos del aula.
– En el caso de los adultos (otros profesionales y los familiares), cuando se señaliza y explica la organización del aula, se está propiciando también un uso autónomo de ella, se está informando sobre la metodología y las actividades que se realizan en ese espacio y, en suma, se están comunicando los principios didácticos en los que se sustentan las propuestas de enseñanza y aprendizaje.
Los materiales (cuadernos, cuentos, vídeos, láminas, etc.) deben estar diseñados para facilitar la utilización de todos los espacios y recursos del aula, y no sólo las mesas y las sillas.


7.1.8. Importancia del cuento
El cuento desempeña un papel esencial ya que se considera imprescindible para fomentar el desarrollo de la comprensión y la expresión verbal de los niños y las niñas de estas edades, para facilitarles la interpretación de la realidad, para que adquieran actitudes, valores y normas, etc.
Además, el cuento se utiliza como un elemento motivador, a través del cual se proponen distintos juegos y actividades relacionados con los contenidos de las unidades y el desarrollo de hábitos.


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